A la hora de crear una página web, en los inicios de esta área laboral, se prestaba muy poca atención a la apariencia estética. Únicamente se tenía una presencia en Internet porque todos lo hacían.
Actualmente, es un grave error no prestar atención al diseño o la imagen que proyecta la página web. Tan importante o más son unos contenidos cuidados, tanto textos como imágenes. Para quien lo haya olvidado, es nuestro escaparate virtual, por lo que es necesario trabajar en todos los aspectos que nos permitan obtener los objetivos que nos propusimos alcanzar al inicio del proyecto.
Una cuestión que hoy en día es fundamental es su adaptación tanto a ordenadores de consola como a dispositivos móviles. Un modelo responsive que visualice el contenido de la web es esencial.
Para empezar, tendríamos que hablar de la arquitectura de la web. Es preciso entender que hay que conseguir que quien nos visite pueda hacerlo de forma rápida y en un máximo de tres clic de ratón. La información disponible debe estar ordenada y con una interfaz intuitiva y fácil de usar. En mi trabajo como freelance, abogo por diseños sencillos sin elementos que distraigan la atención de quien visita la página web.
Un segundo aspecto es que tenemos que conseguir, por técnicas SEO, que la web de nuestros clientes se posicione en los primeros puestos de los principales buscadores. Dicho de otro modo, la página debe aparecer en lo que se conoce como triángulo de oro. Según los mapas de calor del buscador, los usuarios ante una página de resultados tienden a leer de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Por lo tanto, la parte en la que más suelen fijarse en la zona superior en forma de triángulo, de ahí su nombre.
Algo que hay que tener muy en cuenta es llamar la atención a primera vista. No solo hablo del tiempo de carga de la página, una variable importantísima, también de que la cabecera sea vistosa y llamativa. La sencillez, de nuevo, es un aliado a nuestro favor.
Una cuestión muy relacionada con lo anterior son las imágenes. Un aspecto que, a menudo, no se cuida en absoluto, tanto por su calidad como por su optimización para subirlas a la página web.
No se concibe una web sin un blog, integrado en ella a través del cual pueda implementarse y desarrollarse una estrategia de marketing de contenidos.
Una última cuestión, aunque no menos importante. Existe todo un catálogo de variables que miden cuál es la evolución de nuestra página web, su impacto o el comportamiento que tienen los usuarios que la visitan, por citar algunos. Estos tokens nos servirán para obtener una visión general de nuestra estrategia, si esta se desvía de los objetivos que nos planteamos y cuáles son los aspectos a modificar.
En la actualidad, no se entiende un proyecto profesional sin que este venga acompañado de una analítica que anticipe y gestione nuestra web como el centro de una estrategia más amplia de comunicación y marketing.